Imagen: Pez llamado Wrasse Limpiador reconoce su reflejo. Experimento en Konstanz, Alemania / Crédito de la foto: Alex Jordan / Handout a través de Reuters.
Científicos revelan auto conciencia de los peces
Investigadores alemanes descubren a través de un experimento realizado con un espejo, que estos animales acuáticos reconocen su reflejo.
Inquietantes hallazgos sobre la autoconciencia de los peces, fueron descubiertos por científicos en Konstanz, Alemania.
Allí realizaron un experimento denominado reconocimiento en el espejo, una técnica desarrollada en 1970 para medir la autoconciencia de los animales, la cual consiste en que la especie se refleja en el espejo y distingue que es ella misma.
En esta oportunidad, el método consistió en aplicarle una marca color marrón al cuerpo de un pez, igual al tono de los parásitos que comúnmente come. Luego, el animal se introdujo en un acuario con un espejo y se analizó que él no se auto atacó.
Posteriormente, los científicos le borraron el tono marrón de su cuerpo, y el pez tampoco intentó atacarse. Acorde a la reacción, se determinó que pudo reconocer su reflejo.
Al respecto, Alex Jordan, biólogo evolutivo del Instituto Max Planck de Ornitología en Alemania, y director del estudio publicado en la revista Plos Biology, afirmó que el pez “muestra comportamientos durante la prueba del espejo que se aceptan como evidencia de autoconciencia”.
No obstante, agrega que las habilidades cognitivas de los peces y de otros animales tienen diferentes formas, las cuales deben ser reevaluadas.
En la publicación, se anota que la prueba de reconocimiento en el espejo ha sido aprobada en otras oportunidades por “chimpancés, bonobos, gorilas, orangutanes, delfines, orcas, elefantes y especies de magpies. Otros animales no la han logrado, y en el caso de los humanos, la han pasado teniendo alrededor de 18 meses de edad”.
La investigación con los peces ha tenido respuestas de apoyo o renuencia por parte de los diferentes científicos, quienes abren la discusión sobre la autoconciencia animal.
Artículo por:
Jackeline González L.
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