Imagen: Elefante pintado / Cortesía The Painted Cork LLC.2016.

Elefantes de la suerte para la prosperidad

Atraer buenas vibras, abrir caminos y destruir obstáculos son algunas de las propiedades mágicas que les atribuyen a estos míticos animales.

Bienestar, longevidad, resistencia, paciencia y abundancia hacen parte de la simbología que representan los elefantes en las tradiciones India y China.

En diversas culturas han sido considerados como seres respetables y resistentes a la adversidad, por su corpulencia, gruesa piel y fortaleza.

Su rostro amable y de mirada profunda, es comparado con la bondad, nobleza, amor, honra, prudencia y justicia.

Gracias a su imponencia y valor, en el esoterismo los elefantes de la suerte dispuestos en objetos decorativos son usados para alejar las envidias, malas energías y atraer buena fortuna.

 

Mitología Hindú

‘Parvati’ tuvo a ‘Ganesha’, cuando su esposo ‘Shivá’ se encontraba en guerra contra los asuras.

Un día, regresó Shivá de la batalla, pero él no reconoció a su hijo Ganesha, ni él a su padre. Por tal razón, ambos tuvieron un intenso enfrentamiento y Shivá decapitó a su primogénito.

Ante el desconsuelo, Shivá se dio cuenta del error. Entonces, le prometió a Parvati que bajaría a la tierra y buscaría una solución a la tragedia.

Tras descender, encontró un elefante y se llevó su cabeza para ponérsela a Ganesha.

Desde allí este animal es venerado por la cultura de la región, atribuyéndole poderes heredados de los dioses.

 

Mitología China

Los elefantes son buenos para absorber agua con su trompa, y en la cultura China el agua representa abundancia y vida.

Por esta razón, los elefantes se asocian con equilibrio y armonía en todos los campos.

Según el ‘Fen-Shui’ tener un objeto que lo represente con la trompa hacia arriba y mirando hacia una entrada, ventana o el sol llama la energía positiva y el dinero.

Los elefantes de la suerte, desbordan el entusiasmo de los creyentes que ponen su ilusión en sus inquietantes propiedades míticas y mágicas.

 

Artículo por:

Jackeline González L.

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